La verdad este era uno de los paseos más esperados de este viaje; hoy en día puedo decir que todos aquellos sueños que no viví de pequeña los he ido realizando a lo largo de mi adolescencia y ya estando adulta, antes de viajar al Polo Norte una de las cosas que había leído era sobre el paseo en trineo llevado por los animales Renos, y la verdad que en ese momento saque esa niña que llevo por dentro y me hacía mucha ilusión de vivir una experiencia como esta.
El paseo con los renos comienza desde que llegas a la granja ya que te dejaban interactuar con los renos, nunca olvidare ese momento tan espectacular cuando vi esos animales tan exóticos, no pude evitar hacerme fotos con ellos, tocarlos, acariciarlos e incluso alimentarlos, ya que ellos en la granja te dan alimentos para darles de comer a los animales, me parecen unos animales super bonitos y tiernos, solamente que, con unos cuernos muy grandes, pero bueno, eso forma parte de su encanto.
Apenas llegas a la granja tienes que ponerte el traje invernar, después de interactuar un poco con los animales, te llevan al trineo donde te tienes que montar.
En el paseo que yo escogí, los renos van solos, no los guía nadie y van por un camino solitos, y la velocidad que llevan es similar a los pasos como los que camina una persona.
Imagínate dentro del bosque con el frio que hacía, al paso de los renos que caminaban con una lentitud extrema. El paseo fue super bonito pero el frio era implacable.
Las vistas que tenía desde la parte de atrás de los renos, donde iba sentada en el trineo, eran hermosas mágicas tipo película, y todo a mi alrededor brillaba, toda la nieve Blanquita, parecía escarcha blanca, y eso que mi bello y amado Sol estaba oculto, porque la fecha en que estuve en el Polo Norte fue en pleno diciembre, y en esa época del año nunca sale el Sol, era pleno día y parecía que eran las 6 de tarde como si fuera un atardecer.
La verdad si les soy honesta hubo un momento al final que la pase muy mal en este paseo, porque el frio se apodero de esta cuerpa, de una manera que sentía que iba morir de hipotermia, al principio todo estaba bien, era mágico, e incluso iba cantando y haciéndome video, pero iba pasando el tiempo y el frio era más intenso.
Para que se hagan una idea, si en el pueblo donde estábamos hospedado había una temperatura de 20 grados bajo cero, se podrán imaginar cómo era la temperatura dentro del bosque, por lo menos 10 grados menos, aparte era terrible viendo la velocidad en que iban los Renos.
Saca cuentas, si una nevera para mantener fríos los alimentos normalmente hay que tenerla alrededor de 8 grados aproximadamente, imagínense como estaba yo, era como estar en una nevera a 30 grados bajo cero, y eso que ellos te ponen unas cobijas encima, pero que en realidad no te calientan nada, el frio era impresionante.
Pero bueno aun así con todo el frio que pase, puedo decir que no me arrepiento de haber vivido esta experiencia, ni de esto ni de absolutamente ningunas de mis aventuras de las que he vivido en la vida, esto es gajes del oficio jajaja, todo forma parte de la aventura, la adrenalina, el miedo, e incluso el frio, entre otras cosas, dependiendo la aventura que sea.
Nunca olvidare mi nariz roja y congelada, los trozos de hielo en mis pestañas congeladas y pedazos de hielo en mi cabello helado, sea lo que sea como la haya vivido estaba allí, supere la prueba, estoy viva señores jejeje, y les hablo en serio puedo contar con poderío que estoy viva, ¡porque el frio fue terrible! y ¡les juro que pensaba que iba morir!
Pero bueno aun así aquí estoy, contando esta anécdota tan bonita, porque después del dolor que sentía que se apoderaba de mi cuerpa y de mis huesos, sobreviví para contarlo, y ahora para escribirlo, porque verdaderamente esta es una de esas tantas aventura que merece escribirla y contarla porque a pesar de todo lo malo, también tiene su parte bonita, mágica y emocionante, fue un momento hermoso, nunca en mi vida llegue a pensar que iba montar en un trineo como los de Santa Claus arrastrado por unos Renos, con mucho frio pero es lo que tiene estar en el Polo Norte, este era mi sueño, y hay lo estaba cumpliendo, si hubiera querido calor pues me hubiese ido a la playa señores.
Los renos son un símbolo de las zonas nórdicas de Finlandia, ya que son animales que aguantan temperaturas de hasta menos -60 grados, subsisten entre 12 y 15 años, abarca hasta 500 pelos por poro, y vive acosado por depredadores como linces osos o lobos.
Su carne es deliciosa es un plato típico de allí, todo lo cocinan con Renos, en casi todos los restaurantes tenían sopa de renos, hamburguesa de renos, pizza de renos etc. Es una carne super cara normalmente tienes un filete solomillo de Renos por 20 euros; y en el supermercado hay ciertas épocas del año en que la carne de renos llega a costar hasta 80€ el kilo, y utilizan las pieles y los cuernos de decoración dentro de las cabañas.
La cría y comercialización de este animal son principales fuentes de ingreso.
Esta es una población donde existe la misma cantidad de renos como de personas.
Amaestrar a estos renos para que tiren de una cuerda requiere de mucha paciencia, ya que los renos no son muy inteligentes, y la mejor ayuda para guiarlos es la de un reno que ya está amaestrado, estos renos pueden llevar hasta 250 kilos o mas durante muchos kilómetros.
Esta si que es una verdadera experiencia que no puedes perderte por nada del mundo si viajas a Laponia Finlandia, el Polo Norte, pero eso si abrígate lo mas que puedas por favor!
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